Alguna vez nos asustaron con algún
cuento de terror, o tal vez nos contaron haber visto demonios y brujas, pero la
única verdad es que lo que sentimos no es comparable al miedo, solo fue un
pequeño susto o pesadumbre de no entender las cosas que pasan a nuestro
alrededor. El verdadero miedo es algo insostenible, no alerta tus sentidos ni
paraliza tu corazón, el miedo paraliza el alma, no te deja vivir, se come tus
ilusiones y te deja en huesos de incertidumbre. El miedo es para los faltos de corazón,
y no digo que no sean cobardes y asustadizos, son faltos de corazón de aquellos
que se alegran de la desgracia ajena o de aquellos que no saben ayudar a otras
personas o animales, el miedo es comparable al gusano de la fruta, este puede
hacer un orificio por la base y comer todo el interior sin tocar la cascara,
exacto así es el miedo, es un gusano que devora el corazón y solo deja la cascara,
es una muerte prolongada sin felicidad, el miedo es como el viejo de que olvida
ser niño y no anhela morir, el miedo es superable.