Es un hecho bien sabido que en la literatura han existido muchos autores de los llamados futuristas, que en gran manera han contribuido a la creación del mundo actual. Tal vez muy pocos de ellos de manera directa, pero si de manera literaria y a veces hasta poética. Estas líneas no son para hablar de los autores en sí, si no que en esta ocasión quiero hablar del concepto.
Los futuristas han imaginado un mundo ideal , un mundo en el cual la tecnología sirve para el mejoramiento de la sociedad y la expansión de la humanidad, algunos también han hablado del crecimiento en el conocimiento. Pero la gran desdicha inicia cuando ya se ha llegado al futuro.
Este es el punto que hoy me mueve a escribir estas líneas, actualmente contamos con tecnologías muy avanzadas y que están realmente al alcance de la gran mayoría (no hablaré de las diferencias sociales, ya que me alejaría del concepto en si), y además se pueden usar para el mejoramiento de la misma sociedad. En el ámbito de exploración hemos alcanzado fronteras inimaginables para Verne y de manera introspectiva ahora conocemos mejor el cuerpo humano de lo que hubiese imaginado Galeno. Pero que sucede en esta época que ya hemos alcanzó a los futuristas del pasado, donde están los futuristas actuales, aquellos de los que deberemos alcanzar en 100 años y un yo del futuro hablara de ellos.
El futuro esta en diversos panoramas apocalípticos, tal como si los futuristas actuales vieran la destrucción de la raza humana como el paso siguiente para la evolución de la sociedad, pero esto sería un retroceso ya que terminaría con todas las tecnologías que tenemos actualmente y comenzaríamos en menos 1 (-1). Imaginen ustedes tener que reconstruir la sociedad, recopilar información y transmitirla sin las comodidades actuales de comunicación, además de los datos que se perderían por la transmisión oral de la información.
Y entonces eso nos lleva a algunas preguntas
¿cuál es el futuro que nos depara?
¿Quien nos esta ayudando a soñar el futuro?
¿Realmente necesitamos futuristas para forjar un futuro?
¿realmente ya estamos viviendo en el futuro y no sabemos que más esperar?
Tal vez estoy cayendo en el mismo escenario apocalíptico y pesimista del que hablé y lo único que nos hace falta es imaginación. Pero ¿cómo llegar a ésta si ya no la estimulamos en nuestros niños? Por lo que puedo concluir que nuestro futuro es tan incierto como lo sea la imaginación de nuestros niños. Además de poder deducir que los futuristas son cosa del pasado.
IBV
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