Y entonces te vi, de faz entera, con tu orgullo como escudo.
A la lejanía
Tus ojos obscuros de inocencia pueril, no encontraron los míos.
Viendo el mundo con cara ausente, y mirada llena de ilusión.
Triste
Tus labios delgados, pidiendo sonrías ajenas.
Jugando con tu cabello castaño, haciendo rizos impaciente.
Pensativa
Tus manos con manicura perfecta, impaciente, buscando.
Y por fin, tu mirada se unió a la mía.
Esperanza
Tus labios temblaron, tus ojos cobraron vida.
Pero sólo fue un recuerdo.
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